Skip to content

Políticas Anticorrupción y La Auditoria Forense

diciembre 28, 2006

Por: Juan Iván ROGERS HARPER, FCPA, CFE, CPA Auditor Forense, rogers@cwpanama.net.
Los principios, bases y pilares de la política anticorrupción son los valores morales y éticos y de allí debe desarrollarse la Constitución, leyes, regulaciones, decretos y políticas. Las autoridades y funcionarios en puestos de mando y sobre todo aquellos encargados de las unidades anticorrupción, deben comprometerse al juego limpio, primero como personas y luego como funcionarios públicos.

El aumento en los niveles de fraude y corrupción e impunidad en el sector privado y público hace imprescindible el uso de la nueva disciplina del siglo XXI: La Auditoria Forense, como fórmula idónea para prevenir, disuadir, detectar, investigar y combatir a tiempo este flagelo que afecta a individuos, empresas y gobiernos; la cual viene a reivindicar el rol histórico del auditor.

La delincuencia organizada utiliza métodos y tecnología de punta para perpetrar sus crímenes e igualmente los individuos son propensos a cometer un fraude o acto de corrupción cuando existen dos de los siguientes tres elementos: Oportunidad, Actitud y Necesidad.

Muchas veces el origen del flagelo se ubica en la pobreza, exceso de impuestos, leyes permisivas e insuficientes y en el ejemplo que dan las autoridades.

Es imposible detectar todos los mecanismos utilizados para defraudar a la empresa privada o el gobierno. Los funcionarios de control no poseen las herramientas adecuadas ni actualizadas para estos fines; el personal encargado de estas tareas no recibe el entrenamiento profesional antifraude y emplea métodos empíricos y tradicionales que no corresponden con la sofisticación de los posibles hechos punibles. La impunidad es el resultado de la carencia de profesionalismo, informes y evidencias contundentes, convirtiendo al demandante en demandado, lo cual hace que las pérdidas sean significativas.

El fraude es una enfermedad social contable y su antídoto o cura es la Auditoria Forense, que requiere la participación efectiva del Contador Público entrenado en asuntos antifraudes, legales, policiales, investigativos y de criminalística. La Auditoria Forense es la nueva tendencia de Auditoria Gubernamental e Interna que contribuye con un mejor control, gestión y rendición de cuentas para que gobernantes y empresarios cumplan cabalmente con sus obligaciones y que hagan un uso eficiente de los recursos públicos y privados puestos a su disposición por mandato del pueblo o de los accionistas y/o acreedores.

Hay más fraude en lo privado que en lo público. La gran interrogante es verdaderamente qué puede hacer un funcionario anticorrupción legalmente en cuanto a la prevención, disuasión, investigación y combate del fraude.

El mismo tiene límites en la práctica, ya que no tiene poder de mando y no puede inmiscuirse e investigar actos de corrupción que provengan de sus superiores y/o similares en línea, para luego denunciarlo ante la autoridad competente.

Debido a la modernización de los modelos democráticos en el mundo y a la competencia e incidencia de la Corrupción y el Fraude, lo mejor seria que hacia el futuro esta función anticorrupción sea elevada a rango constitucional tal como ocurre con las funciones del Defensor del Pueblo, a quién no se le puede adjudicar toda esta responsabilidad y modalidad tan técnica, especializada y abarcadora. La prevención representa el 80% de la solución del problema de la corrupción y en la Institución Antifraude que la rige, deben adoptarse o deben prevalecer los siguientes valores morales y éticos fundamentales: transparencia, independencia, idoneidad, respeto, responsabilidad, paz, honestidad, agradecimiento, solidaridad, justicia, lealtad, laboriosidad, humildad, prudencia, libertad, perseverancia, dignidad y fortaleza.

Los anti-valores son precisamente los actos de corrupción y fraude que se cometen en la sociedad y desarrollan los individuos consciente e inconscientemente, debido a la forma como fueron educados desde pequeños en el seno familiar. Estos anti-valores de los individuos inciden en la creación de constituciones, leyes, regulaciones y normas ambiguas, permisivas e insuficientes.

Las prácticas comunes de anti-valores y corrupción que hay que evitar y/o erradicar son: política del juega vivo, tráfico de influencia, nepotismo, cultura de encubrimiento o secreto, modelo autoritario de democracia descansando en las formas delegativas donde hay poderes no fiscalizados, maquiavelismo político, pasividad, omisión, complicidad, lentitud y disimulo de funcionarios de regulación, control y fiscalización.

Las Políticas Anticorrupción, Antifraude y Antilavado de activos, no requieren ser inventadas, ya existen. Sólo se requiere la verdadera voluntad política de la máxima autoridad cuyo jefe sean los valores morales y éticos, y cuyo funcionario asignado a velar por esta tarea sea una persona competente, asociada a las instituciones internacionales que estudian estos flagelos y emiten sus políticas, manuales y técnicas.

El autor es Contador Forense Certificado, Examinador de Fraude Certificado y Contador Público Autorizado, pionero de la práctica de la auditoria forense en Latinoamérica.

  • Curso Avanzado de Inteligencia Artificial Para Abogados 18,5 Horas académicas El curso se estructura en módulos temáticos que abarcan desde los fundamentos de la IA hasta su aplicación en casos jurídicos específicos: Módulo 1: Introducción a la Inteligencia Artificial Conceptos básicos de IA y su evolución. Historia de la IA en el ámbito jurídico. Módulo […]
Share This